Criptorquidismo

Cuando nace un gatito, los testículos se alojan en el vientre, cerca de los riñones. A medida que el gatito madura, los testículos migran lentamente a su ubicación normal que es el escroto. Deben llegar allí a los 2 meses de edad, y no a los 6 meses, como muchos creen. La criptorquidia felina, también llamada testículo no descendido o testículo retenido, es una afección en la que uno o ambos testículos permanecen en el vientre, en lugar de descender al escroto o bolsa testicular.

Es casi seguro que existe algún tipo de herencia restringida al sexo. Que la herencia esté restringida al sexo significa que aunque las hembras pueden portar genes para la criptorquidia, ellas no lo padecen, obviamente.




Algunos estudios sugieren la posibilidad de que la monorquidia y criptorquidia sean caracteres transmisibles. Genes autosómicos dominantes, recesivos e incluso varios factores genéticos simultáneos pueden intervenir en la formación de los testículos o en el desarrollo de las estructuras implicadas en su descenso.

 Se han realizado estudios genéticos en cerdos pero no se ha llegado a ninguna conclusión que determine que dichas patologías son trastornos hereditarios. 

Dejar un gato criptorquímico intacto (es decir, no castrado) puede causar dos problemas de salud graves:

El primero es el cáncer testicular. Aunque la probabilidad de diseminación (metástasis) es baja, aún es posible. Por lo tanto, dejar intacta a su mascota puede ser un riesgo innecesario.

El segundo riesgo es la “torsión testicular“, que es menos común. Un testículo retenido en el vientre flota libremente, en lugar de estar en una posición fija en el escroto, y podría girar sobre sí mismo. Esta es una condición muy dolorosa, que puede ser difícil de diagnosticar.



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